MARMANDE (FRANCIA)

Desde hace más de 25 años, Liceo Monjardín lleva a cabo este intercambio escolar con un centro francés, dirigido al alumnado de 2º de ESO. La iniciativa se organiza bianualmente y participan alrededor de 30 alumnos que viajan acompañados por dos profesores del colegio, para asegurar el correcto desarrollo del programa previsto y la adecuada atención a cuantas necesidades se presenten.

El objetivo de esta actividad es potenciar el conocimiento de la lengua y la cultura de otro país europeo, en este caso de Francia, a través de la convivencia con otros compañeros, otras familias y un centro escolar de nivel similar.

El intercambio se realiza con alumnos del “Collège Notre Dame de la Salle” de Marmande, situado a unos 340 kilómetros de Pamplona. Los alumnos se alojan durante ocho días en la casa de un compañero francés y durante la semana se cumple el horario escolar del país. En esta planificación siguen un programa educativo que les permite ver y conocer la cultura autóctona (algunas de las visitas programadas son las de Burdeos y los castillos de la región), la economía (fábrica de Airbus en Toulouse, explotaciones de productos locales, como ciruelas pasas, tomates, foie gras, etc.) y por supuesto la educación (asistencia a clases con chicas y chicos franceses o interacciones en el recreo o en el comedor del colegio).

Después de las clases, así como durante el fin de semana, hacen vida de familia en un ambiente más rural que al que están acostumbrados en Pamplona (muchas familias viven en granjas o en casas de campo), compartiendo ocio, aficiones y amigos.

Esta actividad tiene un carácter recíproco por lo que los alumnos franceses o “correspondants”, como se denominan en francés, nos devuelven la visita en los mismos términos.

La experiencia, según nos relatan las familias y también los chicos y chicas, resulta muy positiva y enriquecedora desde el punto de vista educativo, puesto que la inmersión lingüística total tiene como consecuencia directa una gran mejoría en la comprensión y en la expresión oral (el gran caballo de batalla en los idiomas). Los jóvenes se dan cuenta de la importancia del esfuerzo que han realizado para aprender el idioma en clase, lo cual supone un gran elemento de motivación. En el plano personal, el intercambio también supone un reto para ellos, ya que tienen que hacer frente a una situación nueva, en un entorno desconocido. La actividad permite que se socialicen y que ganen en autonomía y autoestima, sin olvidar que, en muchas ocasiones, ganan también nuevas amistades. Muchos de los alumnos siguen manteniendo, más allá del intercambio y gracias a las nuevas tecnologías, una relación personal con “su francés o francesa” y, de este modo, continúan practicando el idioma.